LA HOSPITALIDAD DEL LUGAR
Las ventas eran el lugar donde descansaban los trajineros y había gran cantidad de ellas repartidas por toda la comarca. Los trajineros eran los que se encargaban de conducir las filas de animales que transportaban los productos de un lugar a otro.
Hasta finales del siglo XIX, la mayoría de los caminos de la comarca de El Priorat eran caminos de carga, o sea, que solo podían pasar por ahí los animales. Hoy en día es un lugar ideal para que los excursionistas o los grupos de amigos que se encuentran los domingos se paren en ellos para hacer una buena comida. El alrededor, este espléndido bosque de ribera, es absolutamente privilegiado.