EL MASROIG
En la colina del Puig-roig se han encontrado importantes restos de un asentamiento preibérico. También en el collado de Les Pinyeres, la mejor atalaya del curso del río Siurana, hubo probablemente fortificaciones ibéricas, aprovechadas más tarde por civilizaciones posteriores. El cultivo de la viña, conocido después de la llegada de los griegos a nuestras costas, tuvo muy poca importancia antes de la romanización. Las tribus ibéricas practicaban el cambio de mercaderías entre los diferentes poblados dentro del ámbito comarcal y con los comerciantes extranjeros instalados en la costa. El comercio exterior se hacía con los productos que interesaban a los griegos de Empúries y Roses: cereales, metales, pieles, tejidos y, probablemente, incluso esclavos. A cambio recibían cerámica de lujo para beber vino decorada con escenas mitológicas, armamento, joyas, perfumes o finos tejidos. Este comercio se conoce sobre todo por los envases en los que se transportaban los productos: pequeñas ánforas de pasta de vidrio para los perfumes y ánforas de barro para el vino y el aceite.
En el año 1917 fueron fundados el Sindicat Agrícola y Caixa Rural, que más tarde se unificaron. Hoy es una de las bodegas cooperativas más importante de la zona que comercializa casi la totalidad del vino y de aceite de la cosecha, aunque hay algún productor que embotella y comercializa su producto particularmente.
La bodega cooperativa de El Masroig forma parte de las bodegas productoras de la Denominación de Origen Montsant, una denominación que ha vivido un crecimiento espectacular. Si en el momento de su nacimiento tenía 28 bodegas, hoy pasa de las 40. Gran parte del éxito ha sido gracias al uso de tecnología moderna y el control de todo el proceso de elaboración.